Medir el progreso es importante de cara a saber qué estamos haciendo actualmente y si el camino que hemos tomado es el apropiado para nosotros. El peso no siempre refleja la pérdida de grasa. Podemos perder grasa y que el peso siga siendo el mismo porque hemos ganado masa muscular, tenemos algo de inflamación, estamos en una situación hormonal que nos afecta… Es algo de lo que mucha gente no se da cuenta.
Centrarnos exclusivamente en bajar el número que muestra la báscula, no indica que lo que veamos en el espejo nos vaya a gustar. Lo más probable es que nos lleve a sentirnos desilusionados y que no valoremos aquello que hemos logrado. ¡Justo lo contrario de lo que queremos!
Mucha gente sólo toma nota de lo que progresa la báscula… ¡Error!
Claro que mediante la báscula podemos observar nuestro progreso, pero debemos tener en cuenta que el peso puede variar mucho de un día para otro.
Los pesajes debemos realizarlos cada vez en las mismas condiciones, algo a veces muy complicado para las mujeres, ya que la fase de la menstruación afecta a la cantidad de líquidos que se retengan, el haber comido más cantidad de hidratos, el estrés, la ingesta de edulcorantes en exceso, la medicación…
Factores que afectan a la báscula
Nuestro peso puede cambiar por muchas cosas de un día para otro:
- Entrenamientos demoledores: un entrenamiento puede afectar a los niveles de inflamación y aumentar el peso, pero no es grasa, es inflamación y baja.
- Comer algo que no comes normalmente.
- Hidratación, retención de líquidos.
- Alcohol y deshidratación.
- No ir al baño.
- No dormir.
- Tener unos niveles de estrés altos.
- Cambios en la medicación que tomas normalmente.
- Viajes.
En resumen, el peso puede cambiar por múltiples factores y si solo nos fijamos en él, es normal que vengan las frustraciones y la frase que a todos nos suena seguro: «Si hago todo bien por qué no bajo. Ya está, para esforzarme y no ver resultados, me voy a por mi ?????? y que la dieta la haga mi tía la del pueblo«. Incluso si tu alimentación te estaba encantando, es normal sentirse así.
Si bajas centímetros, te queda la ropa más grande, pero el peso sigue igual… ¡Estás haciéndolo bien! ¡Estás progresando!
Hay 4 formas de medir el progreso sin tener que usar una báscula:
- Contornos: Medir nuestros contornos de cintura, cadera, muslo y brazo es una forma muy representativa de medir la pérdida de grasa. Una disminución de
volumen suele darse más rápido que lo que refleja la báscula, y a veces no somos conscientes del gran progreso que hemos llevado a cabo si no tomamos
estas medidas y estamos pensando en que «hemos ganado peso» constantemente. - Pliegues: Si tienes un plicómetro, puedes valorar el grosor de pliegues de distintas partes del cuerpo, que en caso de reducirse muestran que has perdido grasa. Si tienes dudas, recurre a tu dietista o nutricionista.
- Fotografías: Muchas veces, siendo objetivos podemos observar pequeños cambios tomando fotos de nuestros perfiles, frente y espaldas. Deben ser siempre en las mismas condiciones para que las fotos sean representativas. Y si podemos hacerlas con la misma ropa, ¡mejor!
- Rendimiento: Es importante mantener la fuerza relativa, no tanto la absoluta. Mantener la fuerza relativa sería que si somos capaces de levantar 2x nuestro peso en sentadilla y seguimos pudiendo hacerlo aunque sea menor la cifra total en la barra (absoluta) habremos conseguido mantener más masa muscular que si este ratio (proporción)baja.
En la zona premium hemos creado un excel para que te sea más sencillo medir tu progreso. Puedes descargarlo aquí.
Y si no progresas… Olvídate de hacer dieta. Busca un estilo de vida que puedas mantener en el tiempo.
Si buscas flexibilizar tu dieta, te recomiendo que primero priorices en tu día a día la mejor comida que te puedas permitir, rica en vitaminas, minerales y fibra. Que tengas tus micronutrientes y macronutrientes. Una vez hecho eso, si quieres introducir alguna comida de manera ocasional, que sea más procesada, está bien. Pero de manera muy puntual. Jamás defenderé el alimentarse a base de comida basura.
De seguir alguna regla, te recomiendo la de Pareto, la regla del 80/20. Que el 80% de tu alimentación venga de comida densa nutricionalmente: Carnes, frutas, verduras, legumbres… Y el 20% restante puedes tomarlo de otras cosas.
Recordemos que esto una pieza de fruta es mejor que una galleta, y que vivimos en un ambiente que promueve la obesidad. Nadie va a mantener un estilo de vida que le hace sentir mal. Al menos a largo plazo. A nadie le gusta sentirse mal todo el día o comer 24/7 cosas que odian. Eso no es vivir, es malvivir. Cosas tan simples como poder cambiar unas frutas por otras, añadir legumbres, disfrutar de verduras… Pueden hacer que te enamores completamente de tu estilo de vida y que quieras compartirlo con los demás.